¿Acelere, afán o estrés?
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¡Vivimos en un mundo lleno de estímulos! No paramos, vivimos de afán, a toda…
Por eso nuestro sistema nervioso cada vez está más alterado, sobrepasado, lo cual es preocupante para adultos y aún más grave para nuestros niños; se dice que en la actualidad un niño de 10 años ha recibido más estímulos que un adulto en la edad media.
No sabemos que hacer, lo que sí sabemos es que cada día tenemos más afán, todo es para YA, urgente. Por años estuvimos acostumbrados a esperar, para hablar por teléfono, por ejemplo, teníamos que estar en la casa, o si esperábamos para ser atendidos en el banco, en una cita, en cualquier fila, simplemente esperábamos, no había redes sociales, no había celular. Sí, más aburrido, pero estaba presente este vacío creativo, esperando a ser llenado.
Ahora no esperamos nada, ni un semáforo. La próxima vez que estés en uno mira a tu alrededor y cuenta cuántas personas están en su celular.
El precio es alto y quien lo paga es indiscutiblemente, nuestro sistema nervioso que cada día está más saturado, los problemas de salud mental son muy comunes, la ansiedad, la depresión, el estrés, el nerviosismo, el miedo, el afán, están presente en casi cada persona que nos encontramos.
¿Cuál es el problema? Además de que nos estamos enfermando porque no hay nada más inflamatorio que estos estados, nos mantenemos en modo supervivencia y la mente, en este modo, está preparándonos para lo peor, ninguna idea maravillosa ha salido del estrés, especialmente cuando el estrés se vuelve crónico y comienza a inflamar al cuerpo.
No hay que desconocer que hay un tipo de estrés positivo, es aquel que te hace reaccionar y actuar sobre algún estímulo específico, el problema es que nos quedamos pegados, así el estímulo haya pasado.
El mundo no para y siempre vamos a tener momentos que alteran
Lo necesario es tener el cuerpo y la mente preparados para esto, fortalecer el sistema nervioso, acostumbrar el cuerpo a pequeños momentos de estrés, para así fortalecer la capacidad del cuerpo de gestionar los momentos de tensión.
Algunas formas de adaptación al estrés:
1. Exposición a frío o calor
2. Ayuno
3. Deporte
4. Respiración consciente
Otro método probado y medible por la ciencia es la meditación:
Es simple, sentarse, respirar, observar los pensamientos y reconciliarte con lo que eres: consciencia.
Si vamos a meditar; sin embargo, tendremos que sobrepasar varios retos:
1. El cuerpo: que está acostumbrado a moverse, es su condición natural.
2. La mente: que rechaza lo que no nos gusta y buscar el placer inmediato, y entonces nos sentimos incómodos y buscamos distraernos de alguna forma: revisar el celular, perderse en recuerdos, preocupaciones, etc.
3. Las creencias: esos pensamientos estructurales sobre nosotros mismos, que nos dicen que no podemos meditar, que eso no es para nosotros, que estamos perdiendo el tiempo, etc…
Recuerda que la mente es una gran y maravillosa herramienta. Pero debes entrenarla, si dejas que ella te lidere, va a ser muy difícil que salgas del afán.
¿Qué puedes lograr con la meditación?
Los beneficios son innumerables, aquí te dejo algunos:
Sembrar creencias positivas sobre ti, la vida y el mundo.
Cambiar tu vibración, subir la frecuencia, sintonizarte en el amor y la gratitud.
Saludar a la consciencia infinita que llevas dentro y que es fuente de todo. La consciencia siempre sabe lo que tiene que hacer.
Lo único que debemos es disponernos a hacer el trabajo, darle a nuestro cuerpo alimentos que promuevan el equilibrio en lugar de estresarlo más, e incluir nuevos hábitos que nos vayan llevando lentamente a un estado de cama.
Más allá de los conceptos racionales, es mejor vivirlo y sobre todo sentirlo, siendo esto último fundamental.
Si quieres profundizar sobre este tema, no te pierdas nuestro próximo blog, ni las meditaciones que tenemos en nuestra página web.
¡Vivimos en un mundo lleno de estímulos! No paramos, vivimos de afán, a toda…
Por eso nuestro sistema nervioso cada vez está más alterado, sobrepasado, lo cual es preocupante para adultos y aún más grave para nuestros niños; se dice que en la actualidad un niño de 10 años ha recibido más estímulos que un adulto en la edad media.
No sabemos que hacer, lo que sí sabemos es que cada día tenemos más afán, todo es para YA, urgente. Por años estuvimos acostumbrados a esperar, para hablar por teléfono, por ejemplo, teníamos que estar en la casa, o si esperábamos para ser atendidos en el banco, en una cita, en cualquier fila, simplemente esperábamos, no había redes sociales, no había celular. Sí, más aburrido, pero estaba presente este vacío creativo, esperando a ser llenado.
Ahora no esperamos nada, ni un semáforo. La próxima vez que estés en uno mira a tu alrededor y cuenta cuántas personas están en su celular.
El precio es alto y quien lo paga es indiscutiblemente, nuestro sistema nervioso que cada día está más saturado, los problemas de salud mental son muy comunes, la ansiedad, la depresión, el estrés, el nerviosismo, el miedo, el afán, están presente en casi cada persona que nos encontramos.
¿Cuál es el problema? Además de que nos estamos enfermando porque no hay nada más inflamatorio que estos estados, nos mantenemos en modo supervivencia y la mente, en este modo, está preparándonos para lo peor, ninguna idea maravillosa ha salido del estrés, especialmente cuando el estrés se vuelve crónico y comienza a inflamar al cuerpo.
No hay que desconocer que hay un tipo de estrés positivo, es aquel que te hace reaccionar y actuar sobre algún estímulo específico, el problema es que nos quedamos pegados, así el estímulo haya pasado.
El mundo no para y siempre vamos a tener momentos que alteran
Lo necesario es tener el cuerpo y la mente preparados para esto, fortalecer el sistema nervioso, acostumbrar el cuerpo a pequeños momentos de estrés, para así fortalecer la capacidad del cuerpo de gestionar los momentos de tensión.
Algunas formas de adaptación al estrés:
1. Exposición a frío o calor
2. Ayuno
3. Deporte
4. Respiración consciente
Otro método probado y medible por la ciencia es la meditación:
Es simple, sentarse, respirar, observar los pensamientos y reconciliarte con lo que eres: consciencia.
Si vamos a meditar; sin embargo, tendremos que sobrepasar varios retos:
1. El cuerpo: que está acostumbrado a moverse, es su condición natural.
2. La mente: que rechaza lo que no nos gusta y buscar el placer inmediato, y entonces nos sentimos incómodos y buscamos distraernos de alguna forma: revisar el celular, perderse en recuerdos, preocupaciones, etc.
3. Las creencias: esos pensamientos estructurales sobre nosotros mismos, que nos dicen que no podemos meditar, que eso no es para nosotros, que estamos perdiendo el tiempo, etc…
Recuerda que la mente es una gran y maravillosa herramienta. Pero debes entrenarla, si dejas que ella te lidere, va a ser muy difícil que salgas del afán.
¿Qué puedes lograr con la meditación?
Los beneficios son innumerables, aquí te dejo algunos:
Sembrar creencias positivas sobre ti, la vida y el mundo.
Cambiar tu vibración, subir la frecuencia, sintonizarte en el amor y la gratitud.
Saludar a la consciencia infinita que llevas dentro y que es fuente de todo. La consciencia siempre sabe lo que tiene que hacer.
Lo único que debemos es disponernos a hacer el trabajo, darle a nuestro cuerpo alimentos que promuevan el equilibrio en lugar de estresarlo más, e incluir nuevos hábitos que nos vayan llevando lentamente a un estado de cama.
Más allá de los conceptos racionales, es mejor vivirlo y sobre todo sentirlo, siendo esto último fundamental.
Si quieres profundizar sobre este tema, no te pierdas nuestro próximo blog, ni las meditaciones que tenemos en nuestra página web.